sábado, 30 de agosto de 2014

A la mujer que amo











(Desnudo. Mª Ángeles Eris) 

 Pasan los lugares y el tiempo
pero nuestro amor perdura,
hechizo mágico del corazón
surgido en la jovial noche
alimentado por la ternura y las caricias.
Tu fulgurante  luz es imperecedera
como la del sol que alumbra
y al alma toca con dedos invisibles,
reconfortándola en brotes de pasión y vida.
Cultivemos este amor, preciado tesoro,
que nos colma de alegría y a las sombras ahuyenta
luz y guía en el continuo devenir,
hermosa estrella que nuestro cielo alberga.

 © Javier Carrasco 2014  














jueves, 28 de agosto de 2014

Don Ramón María Del Valle-Inclán


“¿Poeta? Si; yo ya había visto en el fondo de las cosas la distinción de la tristeza, había dialogado con la Luna y comenzaba a descubrir que las rosas guardan el encanto de haber sido mujeres.”

Así tituló D. Ramón Gómez de la Serna la biografía que dedicó a su gran amigo y compañero de fatigas, un libro lleno de encanto y humanidad, de amena lectura que ofrece un fascinante y muy completo retrato de uno de los grandes escritores españoles del siglo XX. El libro me lo recomendó mi compañero de claustro y excelente amigo José Manuel Diez Ballester, doctor en filosofía, y yo desde aquí recomiendo como lectura de gran provecho y  difícil olvido.



Gracias a esta obrita, de gran calado humanístico, nos podemos acercar a la poderosa personalidad de este gran autor que escribió de todo y para todos. Lo que más impresiona de su persona, aparte de su sublime inteligencia, es su marmórea integridad, su ser consecuente consigo mismo en todo momento, hasta el final de sus días, cualidad esta sólo atribuible a los grandes espíritus libres, rebeldes, tan escasos en nuestro tiempo. Así pues, don Ramón no se casa con nada ni con nadie: “Yo tengo que buscar una profesión sin jefe…sin jefe sólo existe el escritor”. En efecto, ejerció de escritor la mayor parte de su vida, y sólo al final, cuando tenía 68 años, aceptó el puesto de director de la Academia Española de Roma, justo antes de morir.





Precisamente esa libertad de espíritu y esa rebeldía le lleva de lleno a convertirse en el escritor bohemio por excelencia, amante de las tertulias de café (el Universal, el Café de Levante, la Granja del Henar...) y del Madrid nocturno, que arremete contra todo aquel que osa “tocarle las narices”, sobre todo periodistas (perdió el brazo en una pelea con un periodista “amigo” suyo), politiquillos de tres al cuarto y mendrugos variopintos. Don Ramón prefería ser libre, escribir sobre lo que le viniera en gana, y nunca dejarse comprar por el poder establecido. Alto fue el precio que tuvo que pagar en la España sulfurosa que le tocó vivir, no muy distinta de la situación que ahora atravesamos, pues la más rotunda pobreza le acompañó a él y su familia la mayor parte de sus días.
Su obra se inicia con escarceos modernistas en la juventud, a la par que su gran amigo el poeta Rubén Darío, como muestran sus “Sonatas” con prosa rítmica, refinada y rica en efectos sensoriales. Aquí aparece su emblemático personaje, el Marqués de Bradomín, “feo, católico y sentimental” una especie de don. Juan chapado a la antigua a la par que mundano, lascivo y bohemio, sin duda el alter ego de don Ramón.


  
Pero será con su obra de teatro “Luces de Bohemía” con la que alcanzará la eternidad, la primera que utiliza el recurso literario del “esperpento” donde lo trágico y lo burlesco se mezclan. Max Estrella, el poeta protagonista lo explica en su célebre intervención de la escena duodécima: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos (alusión a los espejos de un comercio que había en el callejón del Gato) dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemática deformada.”





Secuencia de la película “Luces de Bohemia”( Dir: Miguel Ángel Díez,1985) con la magistral interpretación de Paco Rabal encarnando al poeta Max Estrella.



Aparte de su magnífica obra, “el poeta barbudo” era famoso por sus anécdotas, la mayoría acontecidas en aquellas tertulias nocturnas de los cafés. Don Ramón se encontraba allí en su salsa, rodeado de un público que lo escuchaba sin pestañear. Era el lugar perfecto para no dejar títere con cabeza. Gómez de la Serna ilustra la biografía de Don Ramón con cientos de ellas, a cual más sorprendente, con la veracidad de que él mismo fue testigo en presencia del poeta gallego, o bien les fueron contadas con todo lujo de detalles por los propios hijos de Valle-Inclán.








   Quisiera terminar el artículo/post describiendo una que ilustra a las claras cómo se las gastaba Don Ramón con los listillos y majaderos:
“Un día, contando que entre las arañas es muy corriente la homofagia fue interrumpido por un catecúmeno, que le preguntó:
-¡Qué diablos es eso de la homofagia?
Don Ramón repuso con rapidez:
-El hecho de comer animales de la misma especie…Usted, por ejemplo, sería homófago si comiera besugo.”



Estatua de Valle-Inclán en el Paseo de Recoletos, Madrid



© Javier Carrasco 2014

miércoles, 27 de agosto de 2014

La Orquídea



















Como una hermosa orquídea
exhalas tu esencia
que me embriaga y cautiva.
Siento entonces deseos
de abrazarte, acariciarte,
jugar con los poros de tu piel,
sentir y oler tus cabellos,
zambullirme en los lagos
de tus ojos verdes,
beber la miel de tus besos,
y cabalgar sobre un Unicornio
hasta alcanzar las estrellas más remotas.

©Javier Carrasco 2014