jueves, 27 de octubre de 2016

La amante










   Las tinieblas de la noche me envuelven y te aguardo en mi alcoba, tumbado en la cama…se acerca la hora.  Siento una mezcla de turbación y desasosiego, por tan inusual experiencia. El vello se me eriza, el corazón late con mucha fuerza, como si fuera a salir por la boca, Aún no te veo, pero presiento que avanzas sigilosa por el oscuro pasillo. Se oye un crujido en la puerta. Permanece cerrada, pero una sombra acaba de emerger delante de ella. Eres tú, no hay lugar a dudas. Ahora te acercas lentamente, como si flotaras en el aire, como una mancha de vapor oscuro. Mi corazón se desboca y oprime con fuerza el pecho. Casi no puedo respirar. Te has detenido al borde de mi lecho. Puedo ver tu hermoso rostro con toda nitidez. Un enorme escalofrío me recorre el espinazo y quedo completamente inmóvil, inerte, ni siquiera puedo parpadear. La hora ha llegado. Como fiel amante has venido a buscarme, según lo convenido. Toma pues mi mano con firmeza y guíame en el largo viaje hacia la eternidad.

© Javier Carrasco 2016.