Los profesores y educadores estamos
continuamente recordando a los estudiantes en su formación que el respeto es
una norma fundamental para vivir en una sociedad libre y democrática. Ahora bien, en los últimos
tiempos observo que a muchos adultos habría que enviarlos de nuevo a la escuela
para que recuerden lo que parece evidente que se les ha olvidado, tan envueltos
como están en esa vorágine de capitalismo voraz de sálvese quien pueda y que a
mi me las den todas.
Quien
piense así, mejor que se vaya a vivir a la jungla (como el mítico Tarzán) y
disfrute allí como un auténtico salvaje,
pues debería saber que los humanos se caracterizan por estar adaptados
para vivir en sociedad y que precisamente han conseguido la supremacía sobre
las demás especies por el uso de la razón y del civismo, amén de otras
cualidades muy loables y propias del ser humano. Muchas veces apreciamos cómo
los animales, carentes del uso de la razón, por instinto se muestran mucho más
cívicos y respetuosos que algunos de estos “mastuerzos” selváticos.
Resulta alarmante que cada vez se vea a más
gente grosera, mal educada e irrespetuosa con los demás, que van avasallando por la vida, creyéndose
los reyes del mambo. Al parecer está muy de moda ser cuanto más “capullo” e
insolidario mejor, moda que viene impuesta por
una máxima muy arraigada dentro del neoliberalismo conservador
imperante. Pues bien, a este tipo de personajes hay que recordarles que los que
sobran son ellos, que ellos son los energúmenos que o cambian su actitud o se
van a ver de patitas en la selva, que es donde realmente deberían estar, su hábitat natural.
© Javier
Carrasco
Desgraciadamente es así ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Pues sí Mark, a ver si entre todos, cada uno aportando su grano de arena, lo frenamos.
EliminarUn abrazo. Saludos