Cuna de civilizaciones milenarias,
patria del Paraíso perdido,
mucho hay de verdad, pues tu belleza,
tu armonía de colores y sonidos
perduran al paso de los siglos,
claro indicio de que manos divinas
en los albores del tiempo se posaron
en ti,
llenándote de magia y sabiduría.
Tierra amada por los dioses,
disputada por hombres y
tribus,
¿ de dónde emerge tu singular
atractivo?
¿acaso de tus vergeles, de tus
palacios y templos,
de tu música sensual, embriagadora?
Me cautivan tus tibias y claras noches,
que al dejar atrás al calor
implacable
hacen brotar de exuberante vida
mercados, plazas y calles en tus
ciudades,
huella del paso de pueblos ancestrales.
Embrujado por el lascivo contoneo de
la bailarina
me abandono al festín de los sentidos
en una noche perfumada de azahar y
canela
entregado al placer, la inspiración y
el olvido.
©Javier Carrasco
Es otra percepción de la vida...
ResponderEliminarSaludos
Javier: preciosa, emotiva y evocadora poesía hacia Oriente Medio….ojalá todo fuera como lo describes…ojalá ninguna mano hiciera daño….Un feliz verano. Un beso
ResponderEliminarLo sabía, tienes un arte que no decepciona nunca. Me marcó Almería hace tiempo porque sufrí un golpe de calor que casi me mata, y porque fué la primera playa de nudistas donde empecé la afición. De mis sentimientos por nuestras casi seguras raices ya he dicho. Así es que si encima pones música, el texto de convierte en letra de danza del vientre y hasta aquí puedo leer jajaja
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