jueves, 28 de agosto de 2014

Don Ramón María Del Valle-Inclán


“¿Poeta? Si; yo ya había visto en el fondo de las cosas la distinción de la tristeza, había dialogado con la Luna y comenzaba a descubrir que las rosas guardan el encanto de haber sido mujeres.”

Así tituló D. Ramón Gómez de la Serna la biografía que dedicó a su gran amigo y compañero de fatigas, un libro lleno de encanto y humanidad, de amena lectura que ofrece un fascinante y muy completo retrato de uno de los grandes escritores españoles del siglo XX. El libro me lo recomendó mi compañero de claustro y excelente amigo José Manuel Diez Ballester, doctor en filosofía, y yo desde aquí recomiendo como lectura de gran provecho y  difícil olvido.



Gracias a esta obrita, de gran calado humanístico, nos podemos acercar a la poderosa personalidad de este gran autor que escribió de todo y para todos. Lo que más impresiona de su persona, aparte de su sublime inteligencia, es su marmórea integridad, su ser consecuente consigo mismo en todo momento, hasta el final de sus días, cualidad esta sólo atribuible a los grandes espíritus libres, rebeldes, tan escasos en nuestro tiempo. Así pues, don Ramón no se casa con nada ni con nadie: “Yo tengo que buscar una profesión sin jefe…sin jefe sólo existe el escritor”. En efecto, ejerció de escritor la mayor parte de su vida, y sólo al final, cuando tenía 68 años, aceptó el puesto de director de la Academia Española de Roma, justo antes de morir.





Precisamente esa libertad de espíritu y esa rebeldía le lleva de lleno a convertirse en el escritor bohemio por excelencia, amante de las tertulias de café (el Universal, el Café de Levante, la Granja del Henar...) y del Madrid nocturno, que arremete contra todo aquel que osa “tocarle las narices”, sobre todo periodistas (perdió el brazo en una pelea con un periodista “amigo” suyo), politiquillos de tres al cuarto y mendrugos variopintos. Don Ramón prefería ser libre, escribir sobre lo que le viniera en gana, y nunca dejarse comprar por el poder establecido. Alto fue el precio que tuvo que pagar en la España sulfurosa que le tocó vivir, no muy distinta de la situación que ahora atravesamos, pues la más rotunda pobreza le acompañó a él y su familia la mayor parte de sus días.
Su obra se inicia con escarceos modernistas en la juventud, a la par que su gran amigo el poeta Rubén Darío, como muestran sus “Sonatas” con prosa rítmica, refinada y rica en efectos sensoriales. Aquí aparece su emblemático personaje, el Marqués de Bradomín, “feo, católico y sentimental” una especie de don. Juan chapado a la antigua a la par que mundano, lascivo y bohemio, sin duda el alter ego de don Ramón.


  
Pero será con su obra de teatro “Luces de Bohemía” con la que alcanzará la eternidad, la primera que utiliza el recurso literario del “esperpento” donde lo trágico y lo burlesco se mezclan. Max Estrella, el poeta protagonista lo explica en su célebre intervención de la escena duodécima: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos (alusión a los espejos de un comercio que había en el callejón del Gato) dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemática deformada.”





Secuencia de la película “Luces de Bohemia”( Dir: Miguel Ángel Díez,1985) con la magistral interpretación de Paco Rabal encarnando al poeta Max Estrella.



Aparte de su magnífica obra, “el poeta barbudo” era famoso por sus anécdotas, la mayoría acontecidas en aquellas tertulias nocturnas de los cafés. Don Ramón se encontraba allí en su salsa, rodeado de un público que lo escuchaba sin pestañear. Era el lugar perfecto para no dejar títere con cabeza. Gómez de la Serna ilustra la biografía de Don Ramón con cientos de ellas, a cual más sorprendente, con la veracidad de que él mismo fue testigo en presencia del poeta gallego, o bien les fueron contadas con todo lujo de detalles por los propios hijos de Valle-Inclán.








   Quisiera terminar el artículo/post describiendo una que ilustra a las claras cómo se las gastaba Don Ramón con los listillos y majaderos:
“Un día, contando que entre las arañas es muy corriente la homofagia fue interrumpido por un catecúmeno, que le preguntó:
-¡Qué diablos es eso de la homofagia?
Don Ramón repuso con rapidez:
-El hecho de comer animales de la misma especie…Usted, por ejemplo, sería homófago si comiera besugo.”



Estatua de Valle-Inclán en el Paseo de Recoletos, Madrid



© Javier Carrasco 2014

16 comentarios:

  1. Excelente, Javier.
    Tras la lectura de tu artículo me pregunto ¿Qué escritor, en la actualidad, podría asemejarse al insigne "libertario"?.
    Besos para ti y para Puri.
    Nos leemos por aquí.

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    1. Muchas gracias, Inma. Creo que en la actualidad es imposible encontrar a algún escritor/a que esté a la altura de D. Ramón dado, entre otras cosas, porque su carácter era único. De los pocos que siendo joven era conservador, carlista para más señas, y acabaría sus días siendo comunista y anarquista. Murió en el 36, unos meses antes de que estallara la Guerra Civil.
      Inma, te deseo lo mejor en esta nueva etapa, y aquí seguiremos viéndonos casi todos l@s bloguer@s de la ya extinta Comunidad.

      Muchos besos a repatir por "to Graná"

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  2. Qué buena lectura, Jabier. ¿ves como no exageraba al decir en La Comunidad que yo aprendo mucho al leemos.
    Me ha gustado mucho tu blog.
    Un beso.

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    1. Gracias María. Es cierto que aprendemos mucho de los blogs, y no sólo arte y cultura, también de las experiencias vividas por l@s amig@s. Tu blog también está muy cuidado, ahora que disponemos de más elementos decorativos.
      Un placer tenerte por aquí, y ya te tengo en la lista de mis blogs favoritos, así que en breve me paso por tu "casa".
      Besos :D

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  3. Hola, Javier! Saludos desde esta NUEVA COMUNIDAD nuestra. Gracias por tu articulo tan revelador del insigne D. Ramon. Esa obra no la conocia, asi es que cuando vuelva intentare comprarlla.
    Nos seguiremos viendo, ahora estoy intentando familiarizarme con todos esto.
    Un abrazo

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    1. De nada, Igoa. Pues sí, Don Ramón es de esos personajes que dejan huella profunda, lo que le ocurrió a su coetáneo, Ramón Gömez de la Serna, al que dedicaría una biografía de las que hoy ya no se hacen. Un libro divertidísimo a la vez que instructivo acerca de la poesía y la literatura en general. Muy recomendable.
      Por supuesto que nos seguimos viendo. Lo único que ha cambiado es el escenario, pero continúan los mismos actores y otr@s nuev@s. La experiencia será provechosa, no cabe la menor duda.

      Un abrazo

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  4. Interesantísimo Javier, He agradecido mucho esta lectura en honor al gran poeta Don Ramón.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Aurora. Sí, de Don Ramón se puede aprender mucho, a mi lo que más me atrae de su persona, aparte del talento incuestionable, es su integridad. Un hombre de principios que no se vendía a nadie. Todo un portento, prefirió vivir en la pobreza a ser lacayo de la corte.

      Un placer tenerte por aquí. Ahora mismo te hago una visita.

      Besos

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  5. Ya nos iremos poniendo cancheros sobre los nuevos blogs y espacios de lectura.
    Un abrazo para Javier y para Puri.

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    1. Claro que sí, Lucía. Esta plataforma de blogs es de las más facilitas, no tiene demasiadas complicaciones. Es como un editor de correo electrónico, más o menos. Además en el grupo de facebook se van aclarando posibles dudas que nos vayan surguiendo.

      Estamos en contacto.

      Abrazos desde Andalucía, España

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  6. Valle-Inclán ha sido uno de esos escritores dotados de una imaginación que le hacía ir un par de pasos por delante de todo lo demás. Creo que lo mismo que otros escritores sobresalientes de su generación, y de la siguiente, en la que podemos meter a Ramón Gómez de la Serna, escribió no sobre España, ni tampoco contra, sino a su pesar. Yo los veo como muy auténticos, con las ideas claras y maestros de las palabras en castellano. La literatura era entonces otra cosa, estaba llena de idea, ideas que estaban en el aire y que esa gente fue cazando en sus obras tan personales. Además tenía esa cosa de gallego que le daba a su literatura un aire de sabio por tanto ver llover durante siglos. Un saludo.

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    1. Germán, ¿te lo imaginas en la actualidad, participando en tertulias televisivas? Nunca toleró los abusos de poder y ridiculizaba mordazmente a políticos intolerantes o a personajillos que querían abusar de su autoridad. Seguro que en la actualidad habría perdido los dos brazos, a bastonazos contra los que le tocasen la moral. ¡Menudo carácter! ¡No se perdería ni una asamblea del 15M o de "rodea el Congreso".
      Comparto esa idea de que la literatura se escribía com mayúscula en aquellos días, no como ahora, que el libro se ha convertido en un artículo más de consumo, en una sociedad preocupada más por el dinero y la aparariencia que por la cultura y educación de sus ciudadanos, a los que quiere retratar como borregos ignorantes y embrutecidos.

      Germán, un placer tenerte por aquí. Un abrazo.

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  7. Valle-Inclán no vaciló en poner en boca de Max Estrella la siguiente frase: "Mí estética actual es transformar con matemáticas de espejo cóncavo las normas clásicas". Cuando Don Latino le pregunta dónde está situado el espejo, Max le responde: "En el fondo del vaso".
    .
    Magnífico Ramón Gómez de la Serna.
    Magnífico Don Ramón María del Valle Inclán.
    Magnífico Don Javier Carrasco.
    .
    Un fuerte abrazo.
    Xabier

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    1. Mi querido tocayo del norte, Xabier, Don Ramón estaba hasta la coronilla de aquella España casposa y retrógrada, que por cierto, a pesar de los años transcurridos no dista mucho de la actual, donde gobernantes incapaces y corruptos hacían y deshacían a sus anchas mientras el pueblo, y los artístas, morían de hambre y de pena. Dada su vasta cultura y preparación creó una estética innovadora que distorsionaba grotescamente aquella sociedad decadente en la búsqueda de nuevos horizontes más alentadores. Como suele ocurrir con estas eminencias. su intento traspasó las barreras del tiempo y del espacio. Ay, si Don Ramón levantara la cabeza, se iba a enterar más de uno...y de una...

      Un abrazo querido amigo y ya sabes donde sigues teniendo casa, ahora un poco más acicalada.

      Salud.

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  8. Qué gran autor. Creo que lo del esperpento solo lo podía haber escrito un escritor español. Precisamente junto a esa estatua de la última foto me encontré una vez un señor en una manifestación que enfurecido una y otra vez gritaba: "¡Qué esperpento de país, Don Ramón!"

    Javier, excelente y divertida reseña de Valle-Inclán.
    Abrazos

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    1. Me agrada mucho que te haya gustado, Celeste. Cierto es que leyendo la biografía de Valle-Inclán percibí como estamos volviendo a ese tiempo de esperpentos y barbarie. Ojalá que la estatua de Don Ramón cobrase vida en la próxima manifestación...seguro que se liaba a bastonazos contra los antidisturbios, acabando en comisaría, como Max Extrella. Menudo era.

      Besos :D

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